Taiwán pierde dos días después de las elecciones uno de los 13 Estados que reconocían su soberanía | Internacional

Taiwán pierde dos días después de las elecciones uno de los 13 Estados que reconocían su soberanía | Internacional

La lista de socios diplomáticos de Taiwán ha mermado aún más este lunes, solo dos días después de que la isla autogobernada democráticamente y que China considera una “provincia rebelde” apostase por la continuidad y eligiese presidente a Lai Ching-te, el candidato del gobernante Partido Progresista Democrático (PPD), la opción que menos gustaba en Pekín. El Gobierno de la República de Nauru, una pequeña nación insular del Pacífico de solo 12.500 habitantes, ha declarado este lunes que, “en el mejor interés” del país y de su población, pretende reanudar plenamente las relaciones bilaterales con la República Popular China, como ya hizo entre 2002 y 2005, para lo que rompe relaciones diplomáticas con Taiwán. La noticia llega el mismo día en que una delegación de ex altos cargos estadounidenses se encuentra de visita en Taipéi, la capital, donde ha reafirmado el “sólido apoyo” de Estados Unidos a Taiwán y ha expresado que la democracia de la isla “es un brillante ejemplo para el mundo”.

Taipéi ha ido perdiendo aliados formales desde que en 1971 cediera su asiento a Pekín en Naciones Unidas. Hasta ahora, 13 Estados mantenían vínculos diplomáticos con la isla que Pekín pretende “reunificar” de forma pacífica (pero sin renunciar al uso de la fuerza si fuera necesario) y a la que Estados Unidos da apoyo militar. Con la salida de Nauru, la lista se reduce a 12. Además del Vaticano, los 11 miembros de la ONU que reconocen Taiwán como país son los americanos Guatemala, Paraguay, Haití, Belice, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas, la africana Suazilandia y las oceánicas Islas Marshall, Palaos y Tuvalu.

El comunicado del Gobierno de Nauru remitido a los medios afirma: “La República de Nauru dejará de reconocer a la República de China [el nombre oficial de Taiwán] como un país independiente, y comenzará a reconocerla como una parte inalienable del territorio chino; romperá las ‘relaciones diplomáticas’ con Taiwán a partir de este día y dejará de desarrollar relaciones oficiales o intercambios oficiales con Taiwán”.

Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de China han celebrado el anuncio de las autoridades de Nauru. La portavoz de la cancillería Mao Ning ha recordado a los medios que “sobre la base del principio de Una sola China, China ha establecido relaciones diplomáticas con 182 países en todo el mundo”, a lo que agregó que la iniciativa del Gobierno de Nauru “demuestra plenamente una vez más que esta es la tendencia de los tiempos y la voluntad de los pueblos”.

“Flagrante ataque a la democracia”

Por su parte, el viceministro de Relaciones Exteriores de Taiwán, Tien Chung-kwang, ha asegurado que la decisión ha sido “inesperada” y ha tomado a Taipéi “por sorpresa”. En una rueda de prensa convocada de urgencia, Tien declaró que Pekín ha elegido específicamente un momento delicado —posterior a las elecciones del sábado— para ganarse el favor de Nauru. La maniobra, que Tien ha calificado de “emboscada”, equivale, según el funcionario taiwanés, a un “flagrante ataque a la democracia” en un momento en el que muchos países felicitaban a Taiwán por los resultados electorales. “Taiwán no cedió a las presiones. Elegimos lo que queríamos elegir. Y eso es insoportable para ellos”, añadió.

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El resultado de los comicios del sábado demostró que Taiwán quiere continuar por el mismo camino que en los últimos ocho años; es la primera vez que un partido logra un tercer mandato consecutivo desde que en 1996 se celebraron las primeras elecciones democráticas. Las dos legislaturas de la actual presidenta, Tsai Ing-wen, quien no podía presentarse a la reelección, han estado marcadas por la ausencia de comunicación con la República Popular y el acercamiento a Estados Unidos, lo que se ha traducido en un aumento de las tensiones en el estrecho de Taiwán.

Aunque el próximo mandatario, Lai, ha prometido durante la campaña mantener el actual statu quo en las relaciones con el gigante asiático, Pekín considera que este esconde una tendencia “secesionista” que “perjudica” a la población taiwanesa y pone “en peligro” la paz en la región.

En un movimiento que no ha gustado a China, el presidente electo se ha reunido este lunes con un grupo de ex altos cargos estadounidenses en la sede de su partido, a quienes expresó sus deseos de que Estados Unidos continúe profundizando la cooperación con la isla. Lai ha asegurado que su Administración “continuará defendiendo la paz y la estabilidad en el Estrecho como ha hecho la presidenta Tsai”. En el encuentro también estuvo presente la vicepresidenta electa, Hsiao Bi-khim, figura muy conocida en Washington tras haber ejercido como principal representante de Taiwán en Estados Unidos.

Antes de la reunión con Lai, el ex asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos Stephen Hadley se reunió en la oficina presidencial con Tsai Ing-wen, a quien le transmitió las felicitaciones del pueblo estadounidense por las elecciones democráticas. “Nos sentimos honrados de tener la oportunidad de reunirnos hoy con usted para reafirmar que el compromiso estadounidense con Taiwán es sólido como una roca, es honesto y bipartidista, y que Estados Unidos está del lado de sus amigos”, expresó. “Esperamos la continuidad de la relación entre Taiwán y Estados Unidos bajo la nueva Administración, y los esfuerzos comunes para preservar la paz y la estabilidad a través del Estrecho”, agregó Hadley.

La visita, que el Ministerio de Exteriores chino ha criticado enérgicamente, se produce después de que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, felicitara el sábado a Lai por su victoria y al pueblo taiwanés por “demostrar una vez más la fortaleza de su sólido sistema democrático y su proceso electoral”. Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, añadió fugazmente al ser interrogado por los resultados: “No apoyamos la independencia…”. Aun así, Pekín considera que el contacto entre altos funcionarios estadounidenses y representantes taiwaneses “viola gravemente el principio de Una sola China” y las promesas de Washington de mantener únicamente lazos culturales, comerciales y no oficiales con Taipéi.

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By Alberto Ramos

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