En Israel, la retórica encendida de algunos ministros no oculta el alivio por la decisión del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. El mayor miedo en el país era que hubiese ordenado este viernes un alto el fuego en Gaza. Habría supuesto un grave golpe de imagen y dejado en una posición delicada a sus aliados, ya que corresponde a la comunidad internacional imponer las decisiones de los jueces, que son vinculantes. Estos, sin embargo, no han optado por medidas prácticas claras, sino que han pedido a Israel que dé “todos los pasos” necesarios para evitar cometer un genocidio contra la población gazatí y que presente un informe al respecto dentro de un mes. Un periodista de la televisión pública lo comparaba con recibir tarjeta amarilla en un partido de fútbol.
Uno de los primeros en reaccionar ha sido el primer ministro, Benjamín Netanyahu. Ha celebrado que el tribunal no pida el cese de las hostilidades y ha prometido proseguir hasta la “victoria total” en la “guerra más justa” contra “los monstruos de Hamás”. “Como todo Estado, Israel tiene el derecho fundamental a la autodefensa. La Haya rechazó, con razón, la petición indignante de privarnos de este derecho, pero la propia acusación de que Israel está cometiendo un genocidio contra los palestinos no es solo falsa, es indignante, y la disposición del tribunal a debatirla es un signo de deshonra que quedará por generaciones”, ha señalado en un vídeo comunicado en hebreo. “Seguiremos haciendo todo por defendernos y por defender a nuestros ciudadanos mientras cumplimos el derecho internacional”, ha agregado.
Netanyahu ha difundido también un comunicado en inglés con un texto distinto en el que no menciona la “victoria completa”. Califica de “inquebrantable” el “compromiso de Israel con el derecho internacional”, subraya que su ofensiva va dirigida contra la “organización terrorista genocida” Hamás, “no contra civiles palestinos”, y recuerda la máxima “Nunca más” con motivo del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, que se celebra este sábado.
“Lecciones morales”
Pese a que el resultado le permite mantener la campaña, en la que han muerto unos 26.000 palestinos (según datos del Gobierno de Hamás en la Franja, que el tribunal ha citado este viernes), la exposición previa de los hechos ha escocido en Israel. El titular de Defensa, Yoav Gallant, ha asegurado que su país “no necesita que le den lecciones morales para distinguir entre terroristas y población civil en Gaza” y ha criticado a los jueces por no “rechazar directamente” la “petición antisemita de Sudáfrica de debatir la acusación de genocidio”, que el Ministerio de Exteriores ha calificado de “completamente infundada” y “moralmente repugnante”. También la diplomacia israelí ha mostrado su satisfacción porque se “rechazase justamente” la demanda de alto el fuego.
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Amijai Stein, comentarista de la televisión pública, resumía así el resultado: “Las dos principales preocupaciones israelíes eran que pidiese el fin de la guerra o llamase a permitir que la población del sur [donde cientos de miles de gazatíes han sido desplazados] regrese al norte. No ha sucedido, así que es verdad que hay muchas órdenes, muchas descripciones horribles de Israel y que, como acontecimiento internacional, no es fácil. Pero, desde el punto de vista jurídico, es tolerable”.
Según el canal, Netanyahu pidió a sus ministros no reaccionar públicamente a la decisión judicial antes de la difusión de la posición oficial. Al menos dos, del partido ultraderechista Poder Judío, le ignoraron. El titular de Seguridad Pública, Itamar Ben Gvir, acusó al tribunal de “antisemita” y de “no buscar justicia, sino la persecución del pueblo judío”. También publicó un mensaje en su red de Telegram con dos palabras: “Hague Shmague”. Es un guiño, con el nombre de La Haya, a una conocida frase (”Um Shmum”) que pronunció en los años cincuenta el entonces ministro de Defensa, David Ben Gurión, para manifestar desprecio por Naciones Unidas. El segundo ministro, Yitzhak Wasserlauf, de Resiliencia Nacional, tuiteó la expresión “Nunca más” ―acuñada tras el Holocausto para que nunca se repita― con el emoticono de una bandera israelí.
Los palestinos piden vigilar la aplicación
Los palestinos han preferido centrarse en los elementos simbólicos de la decisión más que en los prácticos. El ministro de Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, Riad al Maliki, ha asegurado que los jueces han “dictaminado a favor de la humanidad y del derecho internacional”, lanzando un “importante recordatorio de que ningún Estado está por encima de la ley” y un “toque de atención a Israel y los actores que han permitido su arraigada impunidad”. Al Maliki ha pedido a la comunidad internacional “asegurar la aplicación de todas las medidas provisionales ordenadas”, para “no ser cómplices”, y ha recordado que las decisiones de La Haya son vinculantes.
También ha mostrado su satisfacción Hamás, el movimiento islamista que lanzó el 7 de octubre el ataque que desencadenó la actual crisis y dejó unos 1.200 muertos y más de 200 secuestrados, de los que 136 (al menos 29 de ellos muertos) siguen en Gaza. “Es un avance importante que contribuye a aislar a la ocupación [Israel] y a exponer sus crímenes en Gaza”, ha señalado en un comunicado uno de sus portavoces, Sami Abu Zuhri.
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